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Entrevista exclusiva con Carlos Duarte (Presidente del Grupo de Trabajo de la ONU sobre la UNDROP)

Defending Peasants’ Rights realizó una entrevista exclusiva con Carlos Duarte, actual presidente del Grupo de Trabajo de la ONU sobre los derechos de los campesinos, campesinas y de otras personas que viven y trabajan en zonas rurales.

La conversación tuvo lugar durante su visita a Ginebra, con motivo de la presentación ante el Consejo de Derechos Humanos del informe recién publicado sobre los desafíos sistémicos que enfrentan los pueblos rurales a nivel mundial. Duarte detalló el proceso de elaboración del documento — marcado por una destacada participación de la sociedad civil — y subrayó sus principales hallazgos y recomendaciones dirigidas a los Estados.

A lo largo de la entrevista, Duarte también reforzó el papel del Grupo de Trabajo que actualmente preside, destacando la importancia de fortalecer la articulación con organizaciones campesinas y rurales como una estrategia clave para avanzar en la implementación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en Zonas Rurales (UNDROP) a nivel global.

Lea la entrevista completa:

  • ¿Podría recordarnos qué es el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Declaración UNDROP, ¿cuál es su mandato y cuáles son sus principales objetivos?

Nuestro objetivo principal es trabajar en la difusión de la Declaración a nivel mundial, acompañar técnicamente a los Estados y a la sociedad civil en la comprensión de este instrumento y en su debida implementación. Asimismo, nos interesa mucho, velar por que los derechos de nuestros titulares de derecho, lxs campesinxs y trabajadorxs rurales no sean infligidos por los Estados o por otros actores de la sociedad. Y cuando eso suceda, señalarlo en los mecanismos que tenemos dispuestos.

El Grupo de trabajo está compuesto por cinco expertos y expertas a nivel mundial. Tenemos una experta que tiene todo su trabajo en el proceso de la declaración y forma parte de la Vía Campesina que, es Geneviève Savigny. Ella representa a Europa Occidental, América del Norte, Australia y Japón. También están los representantes de Europa Oriental (Davit Hakobyan), de Asia (Shalmali Guttal) y de África (Uche Ewelukwa Ofodile).

Un poco agregando en el caso mío, yo fui elegido para América Latina y el Caribe.Para mi elección, tuve el apoyo de tres organizaciones campesinas grandes de Colombia que fueron el Coordinador Nacional Agrario, la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina y la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos. Estas tres organizaciones apoyaron mi candidatura y también al Ministerio de Agricultura de Colombia.

  • Bajo su presidencia, el Grupo de Trabajo acaba de presentar ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU un informe sobre las tendencias y los riesgos emergentes que enfrentan los titulares de derechos de la UNDROP. ¿Cómo fue el proceso de elaboración de dicho informe?

Nosotros tenemos varias formas de relacionamiento tanto con los Estados como con la sociedad civil y nuestros titulares de derecho.

Quizás la herramienta más próxima que tenemos y que intentamos que se refleje directamente en nuestros informes son las contribuciones que recibimos de parte de la sociedad civil y de los Estados. Este informe se alimenta de contribuciones del año 2024 y 2025 para resaltar los principales retos que enfrentan las comunidades campesinas, así también como para recoger buenas prácticas que existen a nivel mundial. Esa es la herramienta más importante, pero no solamente tenemos esa. También tenemos llamamientos a comunicados que nos hace la sociedad civil, tenemos también visitas técnicas que hacemos tanto a los Estados como a la sociedad civil en apoyo a la implementación de la declaración.

Los diferentes colegas hemos venido acompañando y viajando a nuestras diferentes regiones para acompañar las organizaciones sociales. Y eso también ha sido un insumo importante para este informe. Asimismo, en no pocas ocasiones, organizaciones sociales o diferentes plataformas de ONGs nos invitan a ir a los países para trabajar en el terreno. Este año estuvimos acompañando discusiones alrededor de la alimentación en Argentina, de las semillas en Guatemala, del agua y de las mujeres rurales en Ecuador. Pero también hemos participado en eventos como el del Foro de Nyéléni, al que asistió la compañera Shalmali Guttal, y vamos a participar en el CFS en Roma con Geneviève Savigny. También hemos participado en la COP16 en Cali, donde intentamos mantenernos al tanto de lo que está pensando la sociedad civil y de los debates que se están dando.

También nos alimentamos de bibliografía especializada, de informes oficiales tanto de países como del sistema de Naciones Unidas, para generar un informe que tenga múltiples fuentes de entrada y que, en la medida de lo posible, se pueda cruzar y verificar la información que estamos aportando.

  • ¿Cuáles fueron los principales hallazgos y retos identificados en el informe?

Este informe busca evaluar cuál es la situación de lxs campesinxs y trabajadorxs rurales en el mundo y, más extensamente, de todos las y los titulares de derechos. Hace más o menos 12 años, el Comité Consultivo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU se encargó de realizar un balance que fue el que sirvió de insumo para generar la Declaración – al darse cuenta de que la situación del campesinado a nivel mundial era crítica. Nuestro objetivo fue ver cómo ha evolucionado la situación desde entonces.

Encontramos que lamentablemente la situación de las poblaciones rurales, de los sujetos de derecho, sigue siendo crítica en el mundo. Las brechas de desigualdad entre las poblaciones rurales y urbanas no han dejado de aumentar. Es más, incrementaron con la pandemia y con las serias inestabilidades, los conflictos y otros procesos asociados al cambio climático. Lamentablemente, tenemos que decir que las poblaciones rurales son las que más hambre experimentan en el mundo, lo cual es una paradoja absoluta. Porque pues, las personas que producen los alimentos son los que más hambre experimentan. Y, definitivamente, hemos notado tres elementos que aparecen transversales en nuestro informe.

Primero, existe una preocupación por la pérdida de territorios, tierra y los medios asociados a la naturaleza para la providencia de las comunidades rurales. Es decir, la tierra y las aguas han estado en constante ejercicio de privatización, tanto así que mencionamos que estamos a las puertas de una oleada de contrarreforma agraria en el mundo. Los índices de propiedad y de concentración de la propiedad han seguido aumentando, y en esa medida proponemos rescatar las políticas de reforma agraria como herramienta imprescindible para trabajar en la simetría de los derechos territoriales. Por otro lado, también proponemos ampliar el concepto de espacio territorial rural más allá de la tierra, incluyendo otras relaciones con la naturaleza, como los océanos y los ríos — territorios esenciales para las poblaciones pescadoras, su territorialidad por excelencia — así como otros espacios como los bosques. Además, es importante considerar a las poblaciones móviles, como los pueblos pastorales y los migrantes laborales.

Entonces, estamos pensando en que el sistema de los países, las Naciones Unidas, la FAO, etc., deberían incluir índices más complejos que solamente el de la propiedad de la tierra, y avanzar en percepciones mucho más territoriales para poder comprender de una mejor manera este fenómeno.

Un segundo elemento que fue muy evidente en las contribuciones fue la cuestión del papel de las mujeres rurales. Después de todos estos años, las mujeres rurales siguen experimentando unas brechas muy fuertes en su participación y en sus liderazgos políticos, pero no solamente en la participación, sino también en el acceso a titulaciones de propiedad o en mecanismos de financiamiento para proyectos de desarrollo rural. Se trata de un trabajo que necesita ser empujado transversalmente para poder cerrar las brechas con respecto a los hombres, que aún son muy importantes.

Un tercer elemento que destacamos tiene que ver con la cuestión de la persecución política o el despojo del campesinado de sus territorios. Es decir, todos los fenómenos de estigmatización continúan siendo asociados a los liderazgos campesinos-rurales, con problemáticas propias de los diferentes Estados y de los espacios rurales, como los actores políticos armados, legales e ilegales, las facciones tribales en algunos lugares, y las economías de uso ilícito. Los Estados tienden a estigmatizar a las poblaciones rurales en sus procesos, que, paradójicamente, son directamente responsabilidad de los propios Estados de control. De una u otra manera, responsabilizan estas comunidades por fenómenos que claramente están fuera de su órbita, y que normalmente ellos mismos sufren como víctimas de esos procesos. Entonces hemos visto que, a nivel mundial, los liderazgos y la defensa del medio ambiente que implementan los titulares de derechos de la UNDROP hace que recurrentemente sean objeto de persecución, criminalización y en no pocos casos de asesinatos y desapariciones forzadas.

Estos tres elementos son transversales en nuestro informe. Hay otras particularidades, pero que más o menos resumen la situación en la cual, si bien se ha avanzado en algunas cosas, la situación sigue siendo muy urgente y precaria para el campesinado y los trabajadores rurales a nivel mundial.

  • ¿Qué medidas pueden adoptarse para fortalecer el diálogo y el trabajo colectivo con las organizaciones de los y las titulares de derechos, garantizando una participación efectiva desde las bases?

Yo creo que una de las acciones prioritarias para nosotros como Grupo de trabajo es dar a conocer la Declaración. Ciertamente, esta todavía no tiene el nivel de expansión del conocimiento que debiera tener. Hay múltiples factores que lo explican. Por ejemplo, en el caso africano, la Declaración no ha sido traducida a todos los idiomas tradicionales en África, ni tampoco a los idiomas indígenas de América Latina. Y eso es una restricción, porque no olvidemos que nuestra Declaración tiene que leerse en conjunto y en complementariedad con la UNDRIP (Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas), en la medida que la UNDROP y la UNDRIP son declaraciones complementarias, son declaraciones hermanas. Y tanto para nosotros en la Declaración de campesinado y trabajadores rurales, los Pueblos Indígenas también son sujetos de derecho que se incluyen en la Declaración.  La gente no puede alegar ni defender derechos, si no sabe que los tiene. Y si no conoce la Declaración, difícilmente podrá apropiarse de ella.

En segundo lugar, pensamos que para nosotros como expertxs es vital la invitación de los países y de la sociedad civil a encontrar los diferentes contextos regionales, nacionales, locales. Eso indudablemente le da mucha riqueza a nuestro trabajo. Nosotros como Grupo de trabajo no queremos ser un Grupo de trabajo encerrado en una oficina, sino que, en la medida de lo posible, buscamos estar en contacto con nuestros sujetos de derecho.

Igualmente, sabemos que la cuestión financiera es una restricción importante y tenemos que ser creativos para encontrar la manera de al menos tener el vínculo con las organizaciones sociales. Estamos trabajando con diferentes organizaciones sociales en el mundo, notablemente La Vía Campesina, para ver si podemos también organizar eventos paralelos o eventos virtuales para seguir aminorando el problema de la comunicación y superando también el problema del financiamiento para poder estar en contacto con las organizaciones y los titulares de derecho.

Indudablemente, como Grupo de trabajo, esperamos que la sociedad civil mantenga esa comunicación permanente con nosotros, bien sea a nivel de nuestra dirección mail — que nos llega a todos los miembros del Grupo de trabajo — o también a través de invitaciones que nos pueden hacer para asistir a cada uno de los países. Nosotros estamos absolutamente dispuestos, en la medida que la agenda lo permita, de visitar los diferentes países y comunidades a nivel mundial donde se nos invite. Si podemos lograr superar el financiamiento, tengan la seguridad que nosotros estaremos allá.

  • A partir de los hallazgos de su informe, que además destaca algunas buenas prácticas, ¿cuáles serían sus principales recomendaciones para los Estados en la implementación de la UNDROP y en la superación de los desafíos identificados?

Para los Estados, primero que todo, la principal recomendación es avanzar en el conocimiento y en la comprensión de la Declaración. Y para eso, los Estados saben que pueden contar con el Grupo de trabajo. En segunda medida, trabajar en la implementación de la Declaración en sus países.

Hay diferentes mecanismos para implementarla. Se pueden adherir políticamente frente al Consejo de Derechos Humanos, pero lo que recomendamos, sobre todo, es su implementación práctica en las regulaciones y legislaciones nacionales. Creemos que es ahí donde la implementación de la UNDROP tiene mayor valor y potencia de materializarse, bien sea en las constituciones de los países o en decretos sectoriales que afecten directamente la vida de lxs campesinxs y poblaciones rurales.

Igualmente, me parece que una invitación importante para los Estados es pensar al campesinado y a las comunidades rurales no solamente como proveedores de alimentos —que ya por sí es una preocupación importante para las ciudades y para la seguridad y soberanía alimentaria de los países—, sino también de una manera integral. Es decir, lxs trabajadxres del campo y de las aguas no tienen solamente una dimensión económica que aporta alimentos, sino que también una dimensión cultural, territorial, ambiental y social, que es importante complementar. Deberían constituirse enfoques diferenciales en la política pública a diferentes niveles, para lograr que las comunidades rurales permanezcan en sus territorios y que tengan mejores niveles de vida digna

Otra recomendación tiene que ver específicamente con la protección y los derechos a la vida de las comunidades rurales. Esto puede sonar obvio, pero en muchos lugares hay un despojo sistemático debido a la informalidad de la propiedad o a intereses corporativos sobre la naturaleza y el territorio. Los Estados deben pensar que un despojo hoy para las y los campesinos es un peldaño que se afecta a la seguridad y la soberanía alimentaria de sus países.

También nos parece vital ampliar la participación del campesinado y de las comunidades rurales en los escenarios que le corresponden en la vida nacional. Es decir, las comunidades deberías ser consultadas sobre las decisiones que las afectan, tanto en planes, proyectos como en políticas.

  • Dado el interés mostrado por países de diferentes regiones durante la presentación del informe, ¿cómo ve usted el papel de los Estados en avanzar hacia la implementación efectiva de la UNDROP en contextos nacionales e internacionales?

El compromiso fundamental de los Estados tiene que ser cumplir la Declaración en su propio país. Digamos que ese es el compromiso mínimo. Hay muchos países en los cuales el campesinado y el mundo rural es parte fundamental de su vida nacional. Muchos países en el mundo siguen siendo profundamente agrarios o rurales. Lo vimos en la presentación de los resultados de este informe: notablemente, todo el bloque africano estuvo muy interesado, así como gran parte de los países de América Latina y de Asia. Incluso países que, en apariencia, no dependen tanto de sus sociedades rurales muestran una preocupación evidente —como es el caso de Europa occidental o de organizaciones sociales de migrantes y trabajadores rurales en Estados Unidos o Canadá— donde la participación de lxs trabajadorxs rurales migrantes es fundamental para la producción de alimentos que se consumen en esos lugares.

Entonces, es una preocupación global. Si pensamos que el hambre es una de las metas del milenio, debemos entender que la protección del campesinado y de lxs trabajadorxs rurales es un pilar fundamental en la lucha contra el hambre en el mundo.

  • ¿Cuáles son los próximos pasos y perspectivas futuras del Grupo de Trabajo para fortalecer la implementación y el impacto de la UNDROP?

El Grupo de trabajo tiene siempre una agenda bastante profusa. Afortunadamente, tenemos muchas invitaciones de los Estados y de la sociedad civil, sobre todo para acompañar técnicamente.

Vamos a tener nuestra primera visita a un país en noviembre: Ecuador. Es un contexto muy complejo, agridulce de alguna manera, porque es uno de los primeros países que adoptó la Declaración, ya que su Constitución eleva al mismo rango las Declaraciones y los tratados. Pero, al mismo tiempo, sabemos que hay una tensión social muy fuerte en Ecuador. Esperamos sinceramente poder acompañar al Estado en la comprensión de la Declaración y también a lxs campesinxs, y trabajadorxs rurales que tienen preocupaciones urgentes en este país.

Asimismo, tenemos una agenda de eventos donde pensamos que las preocupaciones del campesinado y del mundo rural deben ser escuchadas. Notablemente, el evento de alimentación en Roma, donde tendremos presencia. También estamos con agendas y con mucha esperanza en el segundo encuentro mundial de reforma agraria en Colombia el año que viene, así como en la COP 17 en Armenia y la COP 30 este año en Brasil. Son espacios importantes para seguir trabajando la dimensión ambiental del campesinado y su inclusión en el Convenio Global de Biodiversidad.

También tenemos varias visitas solicitadas por titulares de derechos. En el área que me corresponde más directamente, tengo compromisos para asistir a Paraguay, Panamá y diferentes lugares para seguir expandiendo el ejercicio. Notablemente, estamos totalmente a disposición de las organizaciones sociales para acompañar sus dudas y apoyarles en su interlocución con los Estados para comprender la Declaración.

  • Por último, ¿cuáles son los próximos informes y temáticas que abordará el Grupo de Trabajo?

Una de las primeras actividades que tendremos este año, después de esta presentación del informe, será la presentación del segundo informe en la Asamblea de Nueva York. Este se centrará en un tema que consideramos vital: la participación política reforzada del campesinado y de todas las organizaciones rurales.

Este informe se presentará a mediados de octubre en Nueva York, y esperamos que sea un aporte a las discusiones que estamos llevando a cabo en diferentes escenarios nacionales e internacionales sobre la inclusión de las comunidades y trabajadorxs rurales en los procesos decisionales que lxs afectan.

Igualmente, ya hemos acordado dos temáticas para los informes del próximo año. El siguiente informe, en consonancia con las discusiones del segundo encuentro mundial de reforma agraria, será sobre tierra y territorialidad campesina-rural.

Y el informe de 2026 será sobre un aspecto vital para la reproducción de la vida campesina-rural: las semillas. Este tema tiene un artículo específico en la Declaración —el artículo 19— que esperamos sea un apoyo para muchas comunidades campesinas-rurales en las discusiones con el Convenio de la UPOV, que ha sido muy complejo en diferentes lugares. También será importante para comunidades y pueblos indígenas, para trabajar en consonancia el artículo 19 de la UNDROP y el artículo 25 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Creemos que ambos artículos van de la mano: tanto la propiedad intelectual de las semillas como su propiedad material.

En todos estos informes esperamos la participación de los Estados y de la sociedad civil, pero en especial de los titulares de derechos de la declaración: poblaciones campesinas, indígenas, pastoralistas, pescadores artesanales, asalariados agrícolas, migrantes legales e ilegales que también hacen parte de nuestra declaración. Esperamos contar con todas sus contribuciones, que sin duda enriquecen el debate, y tenerlas en cuenta en los informes que haremos el próximo año. Como hemos expresado anteriormente, para nosotros las contribuciones tanto de la sociedad civil como de los Estados son la principal fuente de trabajo. Se abrirán convocatorias para cada uno de estos informes y esperamos contar con un gran número de contribuciones, como en los informes de 2024 y 2025.

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