¡Cuando las comunidades rurales reclaman sus derechos! Lxs titulares de derechos de la UNDROP
El proceso que condujo a la adopción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (UNDROP) fue, ante todo, una movilización ejemplar resultado de una convergencia de intereses de varios movimientos rurales. Estos movimientos se unieron en sus esfuerzos de incidencia para asegurar este instrumento común para luchar por la transformación de los sistemas alimentarios y agrícolas, en una perspectiva democrática y de justicia social. Estos movimientos eran conscientes de sus especificidades, pero estaban unidos en torno a luchas similares contra causas comunes de violación de derechos y una relación no comercial con sus entornos y territorios. Conciben la Declaración como una herramienta para avanzar en sus luchas específicas y compartidas.
El objetivo de este artículo es presentar los diferentes grupos rurales cubiertos por el alcance de la Declaración, así como las principales organizaciones movilizadas en su apoyo.
Además de las y los campesinos, el Artículo 1(a) de la UNDROP reconoce como detentores de los derechos a otros trabajadorxs rurales como agricultorxs ganaderxs, pastorxs, pescadorxs, cazadorxs-recolectorxs, artesanxs vinculados a la agricultura, pueblos indígenas, comunidades trashumantes y nómadas, trabajadorxs asalariados y trabajadorxs migrantes (independientemente de su estatus legal).
Durante las sesiones del Grupo de Trabajo Intergubernamental encargado de redactar la Declaración, los pueblos pescadores estuvieron representados por el Foro Mundial de Pueblos Pescadores (WFFP), que representa a las comunidades de pesca artesanal, defiende sus derechos y promueve prácticas pesqueras que respetan los recursos naturales y cuidan de las generaciones futuras. El WFFP se fundó en respuesta a la creciente presión sobre las comunidades pesqueras a pequeña escala, la cual se explicar por diferentes factores, incluyendo la destrucción de hábitats, el turismo, la contaminación, la invasión de sus territorios por grandes flotas pesqueras, la pesca ilegal, la pesca de arrastre de fondo, la destrucción de manglares, la acuicultura industrial, los desechos nucleares, el vertido de basura y la sobrepesca. Las organizaciones miembros del WFFP participan en la facilitación de la ratificación del Convenio C-188 sobre Seguridad en el Mar, que intenta garantizar esquemas de bienestar social y protección de las comunidades costeras.
Las y los trabajadores agrícolas estuvieron representados por la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agricultura, Hoteles, Restaurantes, Catering, Tabaco y Afines (IUF). La IUF une a trabajadorxs de toda la cadena de producción de alimentos y lucha por sus derechos y por la defensa de la democracia en las cadenas de producción. La IUF ha contribuido al desarrollo de normas laborales internacionales en la Organización Internacional del Trabajo (OIT). También ha planteado el tema del trabajo infantil, que ha sido abordado e incluido en procesos regulatorios relevantes. La participación de la IUF también facilitó el apoyo a largo plazo de la OIT para el proceso de negociación de la UNDROP, así como la inclusión de disposiciones clave sobre los derechos de los trabajadorxs en el instrumento. En 2023, la IUF contribuyó al desarrollo de las Directrices de políticas de la OIT para la promoción del trabajo decente en el sector agroalimentario.
Las y los pastores nómadas estuvieron representados por la Alianza Mundial de Pueblos Indígenas Móviles (WAMIP), que apoya y fortalece a los pueblos indígenas móviles en el mantenimiento de su forma de vida, medios de subsistencia e identidad cultural. WAMIP aboga por la gestión sostenible de los recursos comunes y el respeto de los derechos de las comunidades nómadas. Las intervenciones de las comunidades pastorales y nómadas durante la negociación de la UNDROP fueron cruciales para demostrar la importancia de la dimensión colectiva de los recursos naturales (cursos de agua, pastos, etc.).
La Federación Internacional de Movimientos Católicos de Adultos Rurales (FIMARC) también participó en el marco de las negociaciones de la UNDROP. FIMARC promueve la solidaridad entre las poblaciones rurales y los campesinos, sirviendo como su voz dentro de las Naciones Unidas. El enfoque principal de su trabajo es la soberanía alimentaria, un concepto clave en vista del objetivo de FIMARC de mejorar las condiciones de vida de las comunidades agrícolas y garantizar una vida digna para todos.
Todas estas organizaciones compartían, y siguen compartiendo, la convicción de que era necesaria una Declaración para contrarrestar las constantes violaciones de los derechos de las personas que trabajan en las zonas rurales, violaciones cometidas frecuentemente en beneficio de intereses privados. Contribuyeron a la redacción de la Declaración y enfatizaron la clara necesidad de este instrumento, no solo para garantizar la supervivencia de las áreas rurales, sino también para orientar los esfuerzos legales y políticos hacia la justicia socioeconómica y ambiental en los territorios rurales, así como hacia sistemas alimentarios más justos y verdaderamente sostenibles. La participación de todas estas organizaciones ha fortalecido la solidaridad entre las poblaciones rurales y el destino común que comparten. Asimismo, la convergencia de luchas entre los movimientos rurales será clave para el futuro de la promoción e implementación de la UNDROP.