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Francia : Alto a la criminalización de lxs campesinxs que luchan contra las mega-balsas acaparadoras de agua

Introducción

(por Defendiendos los Derechos Campesinos, actualizado el 21/06/23)

En Francia, los desafios en torno al tema del agua ha aumentado considerablemente con el desarrollo de gigantescos proyectos de cuencas de retención para el riego agrícola. Estos proyectos de acaparamiento de agua atentan no sólo contra el derecho al agua del campesinado, amenazando las condiciones de vida y de trabajo de las y los campesinos del país, sino también contra el derecho a un medio ambiente sano para toda la población. El movimiento campesino de Francia, apoyado por los movimientos ecologistas y otros sectores de la sociedad civil, ha iniciado una lucha contra la imposición de estas gigantescas cuencas de retención promovidas por el gobierno y los lobbies de la agroindustria.

Los días 26 y 27 de marzo de 2023 tuvieron lugar en Sainte-Soline, en el departamento francés de Deux-Sèvres, movilizaciones masivas contra estos proyectos.

Según los organizadores, 30.000 personas participaron en la acción. Uno de los objetivos de la acción era ocupar las obras de construcción de las cuencas, pero sólo un número muy reducido de participantes consiguió llegar hasta ellas. La obra, que de momento no es más que un gran agujero delimitado por un terraplén, estaba vigilada por un gran dispositivo policial. En cuanto la procesión se acercó, la policía hizo uso de sus armas: gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y explosivos. Según los organizadores, entre los participantes había 200 heridos, 40 en estado grave y dos aún en estado de absoluta urgencia, dos de ellos entre la vida y la muerte. Los observadores de las manifestaciones (organizaciones de defensa de los derechos humanos, sindicatos y cargos electos) han denunciado enérgicamente la total desproporción entre los medios utilizados por la policía y la acción en curso. Denuncian una grave puesta en peligro de los participantes. También informan de que los heridos y quienes les ayudaban fueron blanco de los disparos de la policía, incluidos agentes armados en quads. Además, algunos heridos graves, entre ellos una persona en coma, fueron atendidos con varias horas de retraso, ya que la policía impidió que los paramédicos llegaran hasta ellos.

A pesar de esta fuerte represión, algunas personas consiguieron desmantelar parte de la instalación, en particular las tuberías y una bomba. Las y los campesinos de la Confédération Paysanne (miembro de La Vía Campesina) también plantaron más de 300 metros de setos, que son un importante medio de retención del agua. Además, también construyeron un invernadero en una parcela de Sainte-Soline, símbolo de la dificultad de establecer una agricultura alimentaria a pequeña escala debido a la falta de acceso al agua en esta región.

Pocos días después de esta acción, el Ministro del Interior inició los trámites para disolver la asociación de hecho Les Soulèvements de la Terre. Les Soulèvements de la Terre es una coalición de sindicatos, asociaciones, ONG y luchas locales. Ayudó a organizar la acción y desde hace varios años coordina una campaña de acciones en defensa de la agricultura campesina y contra proyectos innecesarios que ponen en peligro las tierras de cultivo. Para la acción en cuestión, Soulèvements de la Terre se unió al colectivo Bassines Non Merci, que lleva varios años luchando contra estos proyectos. El 21 de junio, el Primer Ministro anunció en Consejo de Ministros la disolución de Les Soulèvements de la Terre. Se han anunciado concentraciones de apoyo en toda Francia y el movimiento tiene intención de recurrir la decisión ante los tribunales.

El anuncio de la disolución y la magnitud de la violenta represión suscitaron una oleada de apoyo masivo: una petición firmada por más de 100.000 personas y la creación de 180 comités de apoyo en toda Francia, así como en Bélgica y Suiza. Sin embargo, el movimiento no se rinde, y ya se han llevado a cabo otras acciones. A partir de mediados de julio, Soulèvements de la Terre convoca 100 días de lucha por el agua y contra quienes la monopolizan y envenenan.

A todos los efectos, Defendamos los Derechos de los Campesinos desea recordar que el derecho de manifestación y la libertad de expresión son derechos humanos reconocidos por el Estado francés, que tiene el deber de protegerlos y no impedirlos a costa de vidas humanas. Estos derechos también se reconocen específicamente a las y los campesinos en el artículo 8 de la UNDROP.

El 22 de marzo de 2023, antes de las movilizaciones masivas, la Confédération Paysanne y el CETIM presentaron una declaración ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra. El objetivo de esta declaración era llamar la atención de las Naciones Unidas sobre la situación de acaparamiento de agua provocada por las gigantescas cuencas de retención en Francia, la preservación y el reparto del agua. Con esta declaración, la Confédération Paysanne exigía la paralización de estos proyectos de acaparamiento de agua e instaba al gobierno francés a favorecer la concertación en lugar de la represión de las y los activistas.

¡Llamado a la solidaridad con los movimientos sociales franceses! Alto a la violencia policial ¡YA!

La Vía Campesina hace un llamado a la solidaridad internacional con el movimiento social francés, contra la violencia policial y la deriva autoritaria del gobierno francés.

Artículo de La Vía Campesina en apoyo a la lucha campesina contra los megacentrales en Francia

Este artículo fue publicado por primera vez en el sitio web de La Vía Campesina el 30 de marzo de 2023, puede encontrarlo aquí.

La Vía Campesina expresa la profunda solidaridad de nuestro movimiento campesino mundial con lxs campesinxs de Francia que luchan contra el acaparamiento de agua y la imposición de mega-balsas promovidas por el gobierno y los lobbies del agronegocio.


En contraste con los pequeños embalses construidos tradicionalmente para almacenar el agua de lluvia y que cumplen una función social y ecológica, las mega-balsas promovidas por el gobierno francés bombean el agua subterránea en cráteres plastificados de hasta 18 hectáreas, secando los suelos, afectando al ciclo del agua y a la biodiversidad circundante. Además, acentúan la desigualdad en el acceso al agua, la despoblación de las zonas rurales y el acaparamiento de tierras por parte de las grandes empresas que practican la agricultura intensiva.


Desde hace seis años, la lucha contra las mega-balsas reúne a organizaciones ecologistas, sindicales y campesinas, como La Confédération Paysanne, una de las organizaciones miembros de LVC en Francia, en movilizaciones junto a cientos de activistas por un reparto justo de este bien común vital. Muchos de estos manifestantes han sido perseguidos en procesos judiciales destinados a amedrentar a la creciente población que se opone a estos proyectos extractivistas. Cinco de estos megaproyectos han sido declarados ilegales tras 14 años de batalla legal. Estas protestas se han saldado con penas de prisión suspendida y multas para lxs campesinxs sólo por haber protestado. Asimismo, el portavoz de la Confédération Paysanne fue procesado por los acaparadores de agua tras una acción simbólica en la que se desmanteló la bomba de una mega-balsa.


En un contexto de cambio climático, proteger el agua y la tierra es un deber moral que nadie puede eludir. Preservar estos bienes comunes del acaparamiento por parte del agronegocio, así como los medios de subsistencia de quienes alimentan a la mayor parte de la población y están en primera línea contra la mercantilización de la vida, requiere un esfuerzo colectivo de solidaridad. Este esfuerzo está en consonancia con la defensa de la aplicación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de lxs campesinxs y otras personas que trabajan en zonas rurales (Undrop), que establece claramente el derecho de lxs campesinxs a acceder al agua, a los recursos necesarios para la producción de alimentos y a participar en la gestión de estos bienes comunes.

En oposición a la voluntad del gobierno de proseguir la construcción de nuevas mega-balsas perjudiciales para el medio ambiente y el empleo agrícola, una nueva gran manifestación internacional tendrá lugar los días 24, 25 y 26 de marzo en la región de Poitou, donde la Confédération Paysanne y La Vía Campesina se harán presentes para exigir al gobierno francés que detenga los proyectos de acaparamiento de agua (a través de una moratoria) y la revisión de las políticas de gestión de bienes comunes para garantizar proyectos que respondan a una transición agrícola justa y a los desafíos climáticos.


También expresamos nuestra preocupación por la negativa del gobierno a dialogar, expresada recientemente con la prohibición de la próxima manifestación por orden de la prefectura de Deux-Sèvres. Si las autoridades no escuchan la voz de lxs campesinxs y de todxs aquellxs que han demostrado el sinsentido de estos proyectos, despreciando el debate democrático con la población directamente afectada por sus medidas, se terminará imponiendo la desobediencia civil y ahí estaremos para globalizar la lucha y globalizar la esperanza.

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