Derechos campesinos: Reflexiones sobre la COP27
Otra Conferencia de las Partes de la ONU sobre el Clima (COP) llegó y ya se fue -la 27va para ser precisos- y los llamados “negociadores” de la crisis climática mundial volvieron a demostrar que no están dispuestos o que son incapaces de limitar el reinado de los combustibles fósiles del capitalismo, las multinacionales del agronegocio y de sus amigos en las altas finanzas. Para La Vía Campesina, el movimiento campesino mundial arraigado en las luchas territoriales por los Derechos de los Campesinos y la Soberanía Alimentaria en todo el mundo, la COP27 fue otro recordatorio preocupante de lo verdaderamente limitada que se volvió la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), con poco más que una espectáculo para los temas críticos de adaptación, mitigación y el todavía vacío “fondo de pérdidas y daños”. Al mismo tiempo, la COP de este año fue una nueva oportunidad para lxs más afectadxs por las crisis actuales (mujeres y jóvenes rurales, pueblos indígenas, campesinxs sin tierra, trabajadorxs agrícolas migrantes y otras personas en primera línea del caos climático) para converger en la lucha con nuestras alianzas hermanas en el Movimiento por la Justicia Climática más amplio y denunciar a las multinacionales del agronegocio por su uso y abuso de una crisis que ellos mismos crearon. ¡Ya basta! ¡No más falsas soluciones corporativasen la CMNUCC! Soberanía Alimentaria para la Justicia Climática ¡Ahora!
Celebrada en el enclave artificial de Sharm el-Sheikh bajo la mirada atenta de la Seguridad del Estado egipcia, la COP de este año se sintió más restrictiva que nunca. No hubo Cumbre de los Pueblos; poca interpretación de las lenguas no coloniales; acceso limitado a la conferencia para las organizaciones acreditadas; y escasas oportunidades para que los movimientos populares tengan alguna influencia en las negociaciones. La sociedad civil egipcia se vio especialmente restringida, por decir poco, y las protestas “preautorizadas” -aunque llenas de una belleza diversa y el poder que se encuentran en el Movimiento por la Justicia Climática del que formamos parte- se limitaron estrictamente al recinto oficial, con poco acceso a la cobertura mediática. En conjunto, todo esto equivale a sofocar la oposición dentro de un acuerdo cada vez más crudo para la gente y el planeta. Lo que debería ser un tratado climático vinculante basado en las necesidades de las personas y del planeta se parece cada vez más a un novedoso acuerdo de libre comercio. Sólo hay que preguntar al pueblo de Pakistán, afectado por las peores inundaciones de la historia y endeudado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos representantes oficiales en la COP27 lideraron al Grupo de los 77 en su intento fallido de incluir la reducción más básica de la deuda dentro del marco del Fondo de Pérdidas y Daños. En su lugar, las Instituciones Financieras Internacionales (IFI), incluidos el FMI y el Banco Mundial, planean utilizar el Fondo, aún vacío, para impulsar sus planes corruptos y neoliberales. Las multinacionales ya se benefician de las compensaciones de carbono, un “lavado verde” basado en el paradigma del cero neto. Los elementos de la naturaleza -suelos, bosques, océanos, manglares- se están convirtiendo en los nuevos “proveedores de servicios”, mientras que a lxs campesinxs, lxs granjerxs, lxs pescadores y otros productorxs de alimentos son vistos como simples herramientas que deben ser utilizadas por los propietarios de las tecnologías digitales que prometen reducir las emisiones profanas ya emitidas por la explotación industrial y el consumo excesivo de un puñado de ricos. Las llamadas Soluciones Basadas en la Naturaleza, la Agricultura Climáticamente Inteligente, la Bioenergía con Captura y Almacenamiento de Carbono (BECCS), la geoingeniería, las compensaciones de carbono y otras fueron las falsas soluciones conocidas que se expusieron en la COP27, cuya base científica rara vez se cuestiona. ¡La captura corporativa de la CMNUCC debe terminar! ¡Las soluciones de la gente son las soluciones reales!
La brecha entre las perspectivas, los recursos y las propuestas para la acción entre los de arriba y los que luchamos por la vida no tiene precedentes. La Vía Campesina en la COP27 reafirmó nuestro papel como proveedores de alimentos saludables, nutritivos y apropiados culturalmente, como cuidadores amorosos de la tierra, las aguas y los territorios, y como miembros integrales de comunidades rurales vibrantes. Nuestra delegación, encabezada por jóvenes y mujeres, reunió a lídere·zas campesinxs e indígenas de Alemania, la Confederación Haudenosaunee en el llamado Canadá, Nicaragua, Níger, Palestina, Puerto Rico, Corea del Sur, Túnez, Gales y Zimbabue. A pesar del contexto represivo, nos mantuvimos en firme solidaridad con los movimientos populares de todo el mundo que luchan en contra de la expansión de los combustibles fósiles y la minería, defendimos las tierras, las aguas y los territorios del cercamiento y la privatización, profundizamos nuestros compromisos con todos los que luchan contra la ocupación, y alzamos nuestra voz con y por todos los presos de conciencia egipcios: “Liberen a Alaa (Abdel Fattah), libérenlos a todos”, así terminamos de cerrar el Plenario Popular de la COP27, liderada por comunidades indígenas y comunidades de primera línea. Junto con aliados de todo el mundo, entablamos un diálogo vibrante y una acción militante a través de protestas organizadas, eventos internos, reuniones de la constitución de agricultores, exposiciones y comunicaciones que resaltaron las luchas y soluciones aportadas por los de abajo. Al lado de amigos y aliados, reiteramos el papel de las soluciones populares en la protección de la vida, la dignidad y la biodiversidad en este precioso planeta que es nuestro. ¡La hora de los derechos de los campesinxs, la agroecología y la soberanía alimentaria ha llegado!
Si algo quedó claro al finalizar la COP27 es que debemos prepararnos, preparar a nuestros pueblos y movimientos populares para la crisis actual: la CMNUCC no nos salvará, como tampoco lo harán los gobiernos nacionales y locales controlados que responden a intereses corporativos. Debemos seguir exigiendo una transición inmediata para abandonar el capitalismo de los combustibles fósiles en todas sus formas, especialmente, pero sin limitarse a sus manifestaciones en nuestras tierras, aguas y territorios. También debemos seguir consolidando nuestras soluciones campesinas y populares a la crisis climática, convergiendo dentro del más amplio Movimiento por la Justicia Climática para articularlas y hacerlas avanzar en todos los niveles. Por último, pero no por ello menos importante, podemos y debemos lograr políticas definidas democráticamente y financiadas con fondos públicos que den prioridad a la salud y el bienestar de todos los seres -incluida la propia Madre Tierra- antes, durante y después de cada catástrofe que se avecine. Agradecemos todo lo que compartieron con nosotros nuestros aliados y las personas del Sharm el Sheikh, cuya amabilidad y hospitalidad nos sostuvo. Hoy estamos más comprometidos que nunca con nuestra lucha común: construir la Soberanía Alimentaria para la Justicia Climática a través de la organización de base, la educación y la movilización en nombre de la humanidad y de la Madre Tierra. ¡Juntos, en la lucha, venceremos!
¡La soberanía alimentaria enfría el planeta!
Derechos y agroecología campesina para una transición climática justa
¡Globalicemos la lucha! ¡Globalicemos la esperanza!
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